Parkinson y sueño: Cómo afecta la enfermedad al descanso nocturno
Patricia Madurga Mena
Publicado el 29 de mayo de 2025

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta principalmente al movimiento, pero cuyos efectos van mucho más allá de los síntomas motores. Uno de los aspectos menos visibilizados, pero que impacta significativamente la calidad de vida de los pacientes, es el sueño. A medida que avanza la enfermedad, muchos pacientes experimentan trastornos del sueño en Parkinson que interfieren con el descanso nocturno, provocando insomnio, somnolencia diurna excesiva y deterioro cognitivo.
Dormir bien no solo es fundamental para la salud física y mental general, sino que tiene un rol esencial en el bienestar de quienes viven con Parkinson. Este artículo tiene como objetivo profundizar en cómo afecta el Parkinson al sueño, analizar los problemas más frecuentes y ofrecer estrategias para mejorar la calidad del descanso nocturno en pacientes con esta condición.
¿Por qué el sueño es importante para las personas con Parkinson?
El sueño es un proceso vital durante el cual el cerebro realiza funciones de limpieza, reparación y consolidación de la memoria. En las personas con Parkinson, estas funciones son especialmente críticas debido a la progresiva degeneración neuronal que caracteriza la enfermedad.
Durante el sueño profundo, se lleva a cabo la restauración física y mental, mientras que las fases del sueño REM están involucradas en la consolidación emocional y de aprendizajes. La alteración de estas fases en el Parkinson puede acelerar el deterioro cognitivo, aumentar la inestabilidad emocional y empeorar los síntomas motores.
Además, el sueño regula hormonas como la dopamina, que está directamente involucrada en la enfermedad. Por tanto, dormir mal no solo incrementa la fatiga y somnolencia diurna, sino que puede afectar la evolución del trastorno y el nivel de independencia del paciente.
Alteraciones comunes del sueño en el Parkinson
Existen diversas alteraciones del sueño que son frecuentes entre quienes padecen esta enfermedad:
Trastorno de conducta del sueño REM (RBD)
Se trata de una condición en la que el paciente “actúa” sus sueños, a veces de forma violenta. Este trastorno es frecuente en etapas tempranas y puede preceder incluso al diagnóstico del Parkinson.
Insomnio
Muchos pacientes tienen dificultad para conciliar el sueño o se despiertan repetidamente durante la noche. Este es uno de los síntomas nocturnos del Parkinson más comunes, y a menudo se relaciona con rigidez muscular, temblores o necesidad frecuente de orinar.
Somnolencia diurna excesiva
Dormir mal durante la noche lleva a muchos pacientes a experimentar un deseo incontrolable de dormir durante el día, lo cual puede ser peligroso, especialmente si el paciente conduce o realiza tareas complejas.
Síndrome de piernas inquietas y movimientos periódicos de las extremidades
Estas condiciones provocan una necesidad imperiosa de mover las piernas, especialmente al estar en reposo, lo que interrumpe el inicio y la continuidad del sueño.
Fragmentación del sueño
El sueño interrumpido es uno de los aspectos más problemáticos, ya que impide alcanzar las fases más reparadoras del ciclo de sueño, como el sueño profundo, vital para la función cerebral.
Causas de los problemas de sueño en pacientes con Parkinson
Los problemas de sueño en la enfermedad de Parkinson tienen múltiples causas, tanto biológicas como externas:
- Comorbilidades emocionales: La ansiedad y la depresión, frecuentes en personas con Parkinson, también afectan negativamente la calidad del sueño.
- Cambios neuroquímicos y degeneración cerebral: La muerte de neuronas dopaminérgicas en el cerebro altera el ritmo circadiano y los mecanismos que regulan el sueño y la vigilia.
- Medicación antiparkinsoniana: Fármacos como la levodopa pueden generar insomnio o fragmentación del sueño, mientras otros provocan somnolencia diurna como efecto secundario.
- Síntomas físicos: Rigidez muscular, dolor, temblores nocturnos y dificultades para cambiar de posición en la cama afectan la continuidad del descanso.
Impacto de la falta de sueño profundo
La pérdida del sueño profundo tiene consecuencias severas en el funcionamiento diario de las personas con Parkinson. Entre ellas destacan:
- Impacto emocional y social: Tanto el paciente como sus cuidadores experimentan agotamiento, lo que reduce la calidad de vida general y puede provocar aislamiento.
- Fatiga y deterioro cognitivo: La falta de descanso adecuado afecta la memoria, la atención y la capacidad para procesar información.
- Empeoramiento de los síntomas motores: Temblor, rigidez y lentitud pueden intensificarse con el cansancio.
- Mayor riesgo de caídas y confusión: La somnolencia y desorientación aumentan los riesgos de accidentes domésticos, especialmente durante la noche.
Estrategias para mejorar el sueño en personas con Parkinson
Aunque los problemas para dormir en el Parkinson son complejos, existen múltiples formas de afrontarlos con un enfoque integral. Algunas estrategias recomendadas incluyen:
- Higiene del sueño: Establecer rutinas regulares de sueño, mantener un ambiente oscuro y tranquilo, y evitar pantallas antes de dormir ayuda a mejorar la calidad del descanso. Esta es una de las medidas más eficaces dentro del marco de la higiene del sueño en pacientes con Parkinson.
- Ajuste de medicación: Bajo supervisión médica, es posible modificar horarios o dosis de los medicamentos para minimizar sus efectos sobre el sueño.
- Terapias no farmacológicas:
- Terapia de luz: Exponerse a luz brillante durante la mañana puede ayudar a regular el ritmo circadiano.
- Ejercicio físico moderado: Mejora el sueño nocturno si se practica de manera regular y no muy tarde en el día.
- Terapia cognitivo-conductual para el insomnio (CBT-I): Ha mostrado buenos resultados en personas con Parkinson que sufren enfermedad de Parkinson e insomnio persistente.
- Apoyo emocional y familiar: El acompañamiento de un psicólogo y el involucramiento de la familia puede disminuir la ansiedad nocturna y reforzar hábitos saludables.
- Medicación específica para el sueño: En algunos casos, puede ser necesario incorporar fármacos hipnóticos o antidepresivos que mejoran el sueño, siempre bajo prescripción médica.
Conclusión
El impacto del Parkinson en el sueño es profundo y multifactorial, pero no debe ser subestimado. Los problemas para dormir en el Parkinson afectan tanto al cuerpo como a la mente, deterioran la calidad de vida y aumentan la dependencia funcional. Sin embargo, con un enfoque adecuado, que combine terapias para dormir mejor, ajustes médicos y apoyo psicosocial, es posible mejorar significativamente el descanso nocturno de los pacientes.
Es fundamental que los profesionales de salud reconozcan estos trastornos del sueño como parte integral del abordaje de la enfermedad. Para quienes necesitan apoyo profesional en el hogar, existen recursos especializados como los servicios de cuidadoras para personas con Parkinson, que ofrecen acompañamiento experto y adaptado a las necesidades de cada paciente.
Aunque el camino puede ser desafiante, hay esperanza: con el tratamiento y apoyo adecuados, es posible alcanzar una mejor calidad de sueño en el Parkinson, y con ello, una vida más plena.
Patricia Madurga Mena
Terapeuta Ocupacional por la Universidad de Zaragoza Más de 15 años realizando atención directa con usuarios y familiares, tanto en España como fuera de Europa, experiencia como docente y ponente en congresos internacionales.
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