¿Te preocupa que tu ser querido sufra una caída? No estás sola

Cuando un ser querido mayor empieza a mostrar signos de fragilidad, cada movimiento genera preocupación. La posibilidad de una caída se convierte en un pensamiento constante: ¿y si ocurre cuando está solo? ¿y si no puede pedir ayuda?

Esta inseguridad nos invade, nos genera ansiedad y a veces hasta impaciencia. Como familia, queremos hacer lo mejor, pero a menudo no sabemos por dónde empezar. Es normal sentirte así: cuidar de quien cuidó de ti es una de las tareas más delicadas y humanas que existen.

¿A qué edad son más frecuentes las caídas y por qué ocurren?

Las caídas son una de las principales causas de lesiones en personas mayores, especialmente a partir de los 65 años. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y de la OMS, una de cada tres personas mayores de 65 años sufre al menos una caída al año, y esta cifra se eleva al 50% en mayores de 80 años.

La pérdida progresiva de masa muscular, los problemas de visión y el deterioro del equilibrio hacen que este grupo de edad sea especialmente vulnerable. Además, muchas de estas caídas ocurren en el entorno del hogar, un lugar que en teoría debería ser sinónimo de seguridad.

¿Qué factores aumentan el riesgo de caídas en las personas mayores?

Existen diversos factores que pueden incrementar el riesgo de sufrir una caída. Entre los más comunes se encuentran:

• Factores físicos: debilidad muscular, problemas de equilibrio, alteraciones visuales o auditivas, enfermedades neurológicas como el Parkinson o los efectos secundarios de algunos medicamentos.
  
• Factores ambientales: suelos resbaladizos, alfombras sueltas, escasa iluminación, muebles mal ubicados o ausencia de pasamanos en escaleras y baños.

• Factores conductuales: miedo a moverse por temor a caerse, uso inadecuado de ayudas para la movilidad o exceso de confianza en la propia autonomía.

¿Cómo se pueden prevenir las caídas en las personas mayores?

La prevención es la clave. Adoptar una serie de hábitos y rutinas saludables puede marcar una gran diferencia. Algunas recomendaciones son:

• Realizar ejercicio físico adaptado para mejorar la fuerza, el equilibrio y la coordinación.
  
• Revisar periódicamente la medicación con un profesional para evitar efectos secundarios que afecten la estabilidad.
  
• Hacerse chequeos visuales y auditivos con regularidad.
  
• Usar calzado cómodo y antideslizante.
  
• Acompañar al familiar en desplazamientos si presenta inestabilidad.

¿Qué consecuencias pueden tener las caídas en la salud de las personas mayores?

Las caídas no solo provocan lesiones físicas como fracturas de cadera, muñeca o cabeza. También pueden tener un gran impacto emocional. Muchas personas mayores que han sufrido una caída experimentan miedo a volver a moverse, lo que lleva al aislamiento, la pérdida de independencia y un deterioro general de la salud. En casos más graves, las caídas pueden ser mortales o desencadenar una dependencia severa.

Haz de su hogar un lugar más seguro: consejos clave para evitar caídas

Prevenir una caída también significa transformar el hogar en un entorno adaptado a las necesidades de la persona mayor. Hacer pequeños cambios puede tener un impacto enorme en su seguridad y en la tranquilidad de toda la familia.

Cuidar es también anticiparse: la prevención como forma de amor

Evitar una caída es evitar un susto, una fractura, una hospitalización o incluso un antes y un después en la vida de tu familiar mayor. En Qida, sabemos que cuidar va más allá de ayudar: se trata de prever, proteger y acompañar.

Contar con una persona cuidadora profesional puede marcar la diferencia: no solo aporta compañía, sino también seguridad, supervisión y apoyo en las actividades diarias. Es una forma de proteger su bienestar físico y emocional, y de brindarte tranquilidad como familiar.

Cada pequeño gesto de prevención es una muestra de amor. Porque cuando cuidamos bien, vivimos mejor.

Cuidar es también anticiparse: la prevención como forma de amor

Evitar una caída es evitar un susto, una fractura, una hospitalización o incluso un antes y un después en la vida de tu familiar mayor. En Qida, sabemos que cuidar va más allá de ayudar: se trata de prever, proteger y acompañar.

Contar con una persona cuidadora profesional puede marcar la diferencia: no solo aporta compañía, sino también seguridad, supervisión y apoyo en las actividades diarias. Es una forma de proteger su bienestar físico y emocional, y de brindarte tranquilidad como familiar.

Cada pequeño gesto de prevención es una muestra de amor. Porque cuando cuidamos bien, vivimos mejor.