10 principales preocupaciones para contratar una cuidadora interna
Laura Berrio
Publicado el 30 de agosto de 2023

Una cuidadora interna es una persona contratada para proporcionar cuidado y asistencia continua a una persona en su hogar. A diferencia de una cuidadora externa que trabaja durante horas específicas y luego se va, una cuidadora interna reside en la casa de la persona a cuidar las 24 horas del día, los 7 días de la semana (a excepción de los descansos estipulados por convenio, en los que puede abandonar el domicilio). Esto permite brindar atención constante y responder a las necesidades de la persona en cualquier momento.
Pero a la hora de contratar una persona para un horario tan extenso son muchos los reparos o preocupaciones para contratar una cuidadora interna particular. Aquí comentamos algunos de ellos y cómo resolverlos para que, tanto la persona a cuidar, como la familia, pueda estar más tranquila.

Cuales son las principales preocupaciones para contratar una cuidadora interna
- Competencia y experiencia: Es esencial asegurarse de que la cuidadora interna tenga la capacitación y la experiencia necesarias para cuidar de manera adecuada a la persona mayor. Preguntar acerca de su historial laboral y verificar referencias puede ayudar a garantizar que la persona tenga el conocimiento y las habilidades adecuadas para el trabajo.
- Compatibilidad: La persona mayor o en situación de dependencia y la cuidadora interna pasarán mucho tiempo juntas, por lo que es importante que haya una buena compatibilidad personal. Esto implica considerar aspectos como la personalidad, los intereses y la forma de interactuar. Una buena relación entre la persona mayor y la cuidadora puede contribuir en gran medida al bienestar emocional y mental de la primera.
- Confianza y seguridad: La cuidadora interna tendrá acceso a la casa y a la vida cotidiana de la persona mayor. Asegurarse de que la cuidadora sea confiable es fundamental para garantizar la seguridad de la persona a cuidar, especialmente si está en una situación de vulnerabilidad.
- Supervisión y gestión: Contratar a una cuidadora interna implica establecer un sistema de supervisión y gestión para asegurarse de que las tareas se realicen de manera adecuada y eficiente. Es importante definir claramente las responsabilidades y las expectativas desde el principio.
- Horarios y descansos: Los horarios y los descansos de la cuidadora interna deben ser adecuadamente planificados y acordados. Esto incluye definir los horarios de trabajo, las horas de descanso y los días libres. Asegurarse de que la cuidadora tenga suficiente tiempo para descansar y recuperarse es fundamental para evitar el agotamiento.
- Coste: La contratación de una cuidadora interna tiene un costo asociado que puede variar según la ubicación y la experiencia de la cuidadora. Es importante evaluar el presupuesto familiar y asegurarse de que los costes sean sostenibles a largo plazo.
- Expectativas claras: Es fundamental establecer expectativas claras desde el principio en términos de tareas, responsabilidades y normas de convivencia. Esto ayudará a evitar malentendidos y conflictos en el futuro.
- Flexibilidad: La flexibilidad es importante ya que las necesidades de la persona mayor pueden cambiar con el tiempo. Asegurarse de que la cuidadora interna esté dispuesta a adaptarse a las necesidades cambiantes es esencial para un cuidado efectivo.
- Sustituciones y reemplazos: En caso de que la cuidadora interna no pueda trabajar debido a enfermedad u otras circunstancias, es importante tener un plan de contingencia para garantizar la continuidad del cuidado.
- Comunicación abierta: Establecer una comunicación abierta y constante con la cuidadora interna es crucial. Esto permite abordar problemas y preocupaciones de manera oportuna y asegurarse de que tanto la persona mayor como la cuidadora se sientan escuchadas y apoyadas.
¿Cómo seleccionar a una cuidadora de personas mayores?
Seleccionar a una cuidadora de personas mayores y/o en situación de dependencia implica varios pasos clave. En primer lugar, es esencial evaluar las necesidades específicas de la persona a cuidar en términos de atención requerida, horarios y habilidades necesarias. Buscar candidatas o candidatos con experiencia en el cuidado de personas mayores y habilidades relevantes, como atención médica o actividades diarias, es crucial.
Verificar referencias y antecedentes laborales es una medida importante para asegurarte de la confiabilidad y calidad de trabajo de las cuidadoras. Además, es fundamental buscar una cuidadora cuya personalidad y valores sean compatibles con los de la persona a cuidar para garantizar una relación armoniosa.
Realizar entrevistas o sesiones para conocerse con las candidatas es una forma efectiva de evaluar su profesionalismo, empatía y capacidad para el trabajo.
En algunos casos, considerar la contratación a través de agencias de cuidado o empresas de atención domiciliaria es una solución eficaz para garantizar que el perfil se ajusta a las necesidades de la persona y de la familia.
Además, contratar una cuidadora a través de una empresa de atención a domicilio también te garantizará tener toda la documentación, contratación y servicio de gestión de nóminas en regla. También supone una garantía en el caso de sustitución o reemplazo tanto temporal como definitivo.
Mantener una comunicación abierta y constante con la cuidadora seleccionada es esencial para asegurarse de que el cuidado brindado sea efectivo, satisfactorio y esté en constante adaptación a las necesidades cambiantes del paciente.
Laura Berrio
Lleva varios años trabajando en el ámbito de la atención domiciliaria, acercando conocimiento y recursos a quienes más lo necesitan. Desde el área de Comunicación de Qida, impulsa estrategias para llegar al mayor número posible de personas, siempre con un enfoque claro: hacer accesible y comprensible un sector complejo, pero esencial.
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