Neumonia en ancianos: Causas, síntomas y prevención
Claudia Parals
Publicado el 30 de abril de 2025

La neumonía en ancianos es una de las principales causas de hospitalización y mortalidad en personas mayores. Esta enfermedad, que afecta directamente a los pulmones, representa un grave riesgo para una población que ya enfrenta desafíos inmunológicos y múltiples comorbilidades.
Las enfermedades respiratorias en mayores, como la neumonía, pueden avanzar rápidamente y tener consecuencias graves, especialmente si no se detectan a tiempo. Debido a la fragilidad inmunológica propia de la edad, los ancianos son más propensos a desarrollar infecciones respiratorias severas, lo que hace que la prevención de la neumonía sea esencial para proteger su salud y calidad de vida.
¿Qué es la neumonía?
La neumonía es una infección pulmonar que provoca inflamación en los alvéolos, los pequeños sacos de aire en los pulmones. Estos pueden llenarse de líquido o pus, dificultando la respiración y reduciendo el intercambio de oxígeno.
Existen diferentes tipos de neumonía, pero los más comunes en ancianos son:
- Neumonía adquirida en la comunidad: contraída fuera del entorno hospitalario, suele ser causada por bacterias como el Streptococcus pneumoniae.
- Neumonía intrahospitalaria: se adquiere durante una estancia hospitalaria y puede ser más grave debido a bacterias resistentes a antibióticos.
Causas de la neumonía en ancianos
Las principales causas de neumonía en ancianos están relacionadas con el deterioro del sistema inmunológico, el envejecimiento y las condiciones de salud preexistentes. Entre los factores más relevantes se incluyen:
- Debilidad del sistema inmunológico, que dificulta la lucha contra virus y bacterias.
- Enfermedades crónicas como diabetes, EPOC o insuficiencia cardíaca.
- Infección viral o bacteriana, especialmente en temporadas de gripe.
- Hospitalizaciones prolongadas, que aumentan el riesgo de neumonía intrahospitalaria.
- Factores de riesgo en ancianos como el tabaquismo, la desnutrición y una mala higiene bucal.
Todos estos elementos contribuyen al desarrollo de infecciones respiratorias severas que pueden derivar en neumonía.
Síntomas de la neumonía en personas mayores
Los síntomas de la neumonía en ancianos pueden diferir de los observados en personas más jóvenes. A menudo, los signos clásicos como fiebre o tos no son tan evidentes, lo que dificulta el diagnóstico temprano.
Síntomas comunes incluyen:
- Tos persistente, con o sin flema.
- Fiebre y escalofríos, aunque pueden estar ausentes en algunos casos.
- Confusión en ancianos, especialmente en pacientes con demencia.
- Fatiga extrema o debilidad general.
- Falta de apetito, dolor en el pecho al respirar, y dificultad para respirar.
Estos síntomas atípicos de neumonía deben ser detectados con rapidez para iniciar el tratamiento adecuado.
Complicaciones de la neumonía en ancianos
Cuando no se trata a tiempo, la neumonía en ancianos puede causar graves complicaciones, debido a la menor capacidad de recuperación de los mayores. Algunas de las complicaciones más frecuentes incluyen:
- Sepsis en ancianos: una respuesta inflamatoria grave que puede ser mortal.
- Insuficiencia respiratoria, que puede requerir hospitalización o respiración asistida.
- Infecciones secundarias como abscesos pulmonares.
- Aumento en la mortalidad por neumonía, especialmente en pacientes institucionalizados o con enfermedades crónicas.
El deterioro físico y la fragilidad inmunológica hacen que estas complicaciones sean más probables y peligrosas.
Cómo prevenir la neumonía en ancianos
La prevención de la neumonía es la mejor estrategia para reducir su incidencia en la población mayor. Algunas medidas clave incluyen:
- Vacunación en ancianos, especialmente contra el neumococo y la gripe.
- Buena higiene bucal, que ayuda a reducir la proliferación de bacterias.
- Buena nutrición, esencial para mantener un sistema inmunológico fuerte.
- Evitar el tabaquismo y ambientes contaminados.
- Tratar a tiempo cualquier infección respiratoria, por más leve que parezca.
La educación sanitaria y la concienciación son fundamentales para aplicar estas medidas de forma efectiva.
El papel de los cuidadores y familiares
Los cuidadores de ancianos y familiares tienen un rol esencial en la detección precoz de la neumonía y en la prevención de complicaciones. Entre sus responsabilidades destacan:
- Monitoreo de síntomas como cambios en el comportamiento, confusión o fatiga.
- Ayuda con la gestión de la medicación prescrita por los profesionales de salud.
- Supervisión de la alimentación, hidratación y cumplimiento del calendario de vacunas.
- Brindar apoyo emocional, vital para la recuperación de los pacientes mayores.
Su acompañamiento cercano puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad.
Conclusión
La neumonía en ancianos representa un desafío importante para la salud pública. Debido a los múltiples factores de riesgo en ancianos, como la fragilidad inmunológica y las enfermedades respiratorias, es esencial estar atentos a los síntomas, actuar rápidamente y aplicar estrategias de prevención de la neumonía. Con el apoyo adecuado de cuidadores, familiares y el sistema sanitario, es posible reducir la incidencia y gravedad de esta enfermedad en las personas mayores.
Referencias
- Torres, A., Cillóniz, C., & Niederman, M. S. (2019). Pneumonia in the elderly: a review of epidemiology, pathogenesis, microbiology, and clinical features. Clinical Geriatric Medicine, 35(4), 431–443. https://doi.org/10.1016/j.cger.2019.06.002
- World Health Organization (WHO). (2023). Pneumonia – Key Facts. Recuperado de: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/pneumonia
- Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). (2022). Neumonía: diagnóstico, tratamiento y prevención. Disponible en: https://www.separ.es
Claudia Parals
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