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¿Cuándo se produce un Ictus o Accidente cerebrovascular?
Se produce un ictus o accidente cerebrovascular cuando una arteria o vena cerebral queda taponada o se rompe impidiendo el flujo normal de la sangre. Según la causa por la que se interrumpe este flujo sanguíneo en el cerebro, pueden determinarse 2 tipos de Ictus:
- Infarto cerebral (o Ictus isquémico) provocado por la obstrucción del flujo sanguíneo.
- Derrame cerebral (o Ictus hemorrágico) causado por la rotura de un vaso sanguíneo, en el que la sangre sale y comprime estructuras cerebrales de la zona.
Cuando una persona sufre un accidente de este tipo y sobrevive, en su vida se produce un antes y un después. Tanto la persona como la familia, deben cambiar sus prioridades y girar en torno a la rehabilitación y a las nuevas necesidades de cuidados, haciendo frente a las posibles secuelas que pueden ser temporales o permanentes, dependiendo del pronóstico de recuperación.
La persona que ha sufrido un ictus, puede recuperarse total o parcialmente, dependiendo de diversos factores como la edad, el estilo de vida, el sexo, la existencia de apoyo familiar y experto y la gravedad del ictus y áreas afectadas. Pero, sea cual sea el resultado, es importante garantizar una calidad de vida para la persona afectada.
Algunas de las secuelas que pueden aparecer tras sufrir un ictus son:
Secuelas tras sufrir un Ictus
Dificultades en la movilidad
Dificultad visual
Alteraciones en el lenguaje
Trastorno de la sensibilidad
Dolor de cabeza y/o de las áreas afectadas.
Deterioro cognitivo
Trastornos del estado de ánimo
Otras afecciones relacionadas con el Ictus
Como pérdida de equilibrio, de control del movimiento, de la fuerza y/o de la coordinación, así como, rigidez muscular, derivando en dificultad en la movilidad y riesgo de caída.
En algunos casos, es posible que se pueda perder la totalidad o parcialidad en la visión de uno o en los dos ojos de la persona.
Dificultades en la comunicación, en la articulación de palabras o en la denominación de las cosas y objetos.
Como hormigueo o falta de sensibilidad con el tacto.
Constante dolor en las zonas afectadas así como continuos dolores de cabeza.
Disminución de la atención, orientación, memoria y funciones ejecutivas.
Depresión, ansiedad, irritabilidad o labilidad emocional.
Incontinencia urinaria y disfagia o dificultad para tragar.
Recomendaciones para una mejor recuperación en caso de Ictus
Por ello es muy importante que, una vez estabilizada la persona que ha sufrido el accidente cerebrovascular, comience una rehabilitación individualizada tratando todas las áreas afectadas con una intensidad de trabajo adecuada. La evidencia científica refiere que, las personas que comienzan antes la rehabilitación y que la ejecutan en la intensidad conveniente, obtienen mejores resultados en su recuperación.
También es muy importante para lograr el éxito, trabajar las secuelas en todas las áreas, a través, de un equipo multidisciplinar compuesto por: logopedas, fisioterapeutas, neuropsicólogos, neurólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales y que trabajen de forma conjunta con el centro de salud y médico de cabecera y con la familia.
No podemos negar, que el camino hasta la recuperación, no es fácil y tampoco garantiza el éxito completo.La familia y la persona afectada, se ven obligadas a invertir muchos recursos, necesitando en la mayoría de las ocasiones apoyo de ayudas técnicas y/o profesionales del cuidado en el domicilio, para poder hacer frente a las necesidades de atención en este espacio, como el apoyo en las movilizaciones y transferencias, aseo en cama o en silla, vestido y desvestido, preparación de medicación y alimentos, gestión de conductas relacionadas con el deterioro cognitivo, etc.